Pablo Alonso González es doctor en Estudios del Patrimonio por la Universidad de Cambridge y doctor en Historia por la Universidad de León. Asimismo, trabaja como científico titular en el IPNA-CSIC de La Laguna y ha publicado varios libros sobre Antropología del Patrimonio Cultural, Arqueología y Teoría Social. Además, ha realizado cinco películas etnográficas estrenadas en festivales internacionales y varios cortometrajes de difusión científica en el ámbito del Patrimonio. Actualmente, ha expandido su investigación hacia otro sector: el cultivo vinícola.
El próximo viernes, 13 de diciembre, dentro de la realización de las IX Jornadas de Patrimonio Cultural y Turismo de Buenavista del Norte, Alonso será el encargada de dictar, junto a la también científica Eva Parga, la ponencia El vino de tea: un patrimonio tradicional único del noroeste de La Palma. Este año, la temática elegida para las jornadas es el Patrimonio Gastronómico: Tradiciones, convivencia y buen vivir.
El Vino de Tea, realizado mediante un método tradicional, es un producto originario de la zona norte de La Palma, en las Islas Canarias. Este caldo es el único elaborado con pino autóctono. Esta conífera endémica es utilizada para hacer barriles donde el vino envejece y se preserva de manera natural. A pesar de ello, estos vinos tradicionales están al borde de la extinción debido a su mala imagen, el descenso del consumo, la llegada de métodos enológicos modernos y la falta de estrategias de comercialización para posicionarlo como un producto diferenciado con características únicas, basadas en la identidad y el patrimonio del norte de La Palma.
Calidad y excelencia en la investigación
En la ponencia, Alonso y Parga expondrán los resultados del estudio Tipificación de los vinos de tea: precursores aromáticos y composición química, estudio que les ha otorgado un reconocimiento a la calidad y la excelencia de la investigación científica. El objetivo de este proyecto era investigar las características diferenciales fisicoquímicas y culturales de este tipo de vino para así contribuir a su tipificación, preservación, valorización y sostenibilidad futura como un recurso cultural y natural. Un nuevo estatus para este caldo supondría, además, un estímulo tanto para promover el turismo isleño como para generar una oportunidad para el empleo de las comunidades locales y territorio.
Este estudio refleja la necesidad de comprender los productos del patrimonio local como un activo para el mercado en crecimiento del turismo cultural y el enoturismo, al tiempo que se conecta con las tradiciones reales que les dieron sentido.
Para más información de Pablo Alonso González acceda a Ponentes.